lunes, noviembre 21, 2005

TLC con China, dos opiniones


TLC con China: afirmación del pragmatismo comercial,
por Jorge Jaraquemada Roblero

La suscripción de un Tratado de Libre Comercio con China es claramente ventajosa para nuestro país, cuya economía tiene como uno de sus pilares de crecimiento la expansión de las exportaciones. Es, además, la reiteración de una política que en los últimos años nos ha permitido celebrar acuerdos similares con Estados, la Unión Europea, Corea del Sur, entre otros países y bloques comerciales. La evaluación global es ciertamente positiva. Chile aprendió bien la lección de la crisis asiática de no apostar únicamente o de manera privilegiada a una sola contraparte comercial, pues eso significa quedar vulnerables a los escenarios de crisis, muchas veces repentinos, que puedan presentarse. La diversificación del comercio exterior es una de las formas -otra es la preservación de los equilibrios y la disciplina macroeconómica- a través de las cuales la economía se blinda ante eventuales volatilidades que pueden presentarse. Con el propósito de evitar la mono dependencia comercial se puede entender el cambio de la política chilena que dejó de enfatizar su afán de incorporarse como miembro pleno al Mercosur, como se explicitaba en los primeros años de la presente década. En esa decisión, ante la nostalgia sentimental de ser parte de esfuerzos integradores regionales, pudo más el peso de la realidad: la insalvable diferencia en la aplicación de aranceles, la ineficiencia en la resolución de reiterados conflictos, las asimetrías entre las economías de los países miembros, etc., hicieron ver esa alternativa como desaconsejable. Ello sin perjuicio de que el país mantenga buenas relaciones comerciales con países individuales que forman parte del Tratado de Asunción, como Argentina y Brasil. La relación bilateral presenta un manejo más fluido, pese a dificultades coyunturales, que un compromiso más sustantivo con el bloque. En la reciente Cumbre de Mar del Plata, Chile estuvo entre la mayoría de los países que reafirmó el propósito de avanzar hacia la configuración del ALCA. Lo hizo, una vez más, sin caer en posiciones ideológicas sino en consonancia con el perfil de su política de plena apertura comercial. Chile ya tiene un TLC con Estados unidos de modo que su prisa por el ALCA puede ser menor. La apuesta por el libre comercio queda reflejada en la decisión política de favorecer a nuestros vecinos suscribiendo un acuerdo con Bolivia para posibilitar que sus productos ingresen con arancel cero a nuestro territorio, lo cual no es equivalente a los nuestros. Ya Chile había tenido una postura similar hace un año, cuando después de la reunión de la APEC celebrada en nuestro país, se lanzó en Ayacucho una proposición de integración: la Unión Sudamericana. Chile concurrió como expresión de buena vecindad, pero manifestó de manera muy realista que más que una integración declamativa, que no lleva a parte alguna, había que trabajar en proyectos específicos, como la infraestructura o el tema energético. El fracaso del llamado proyecto de “anillo energético” deja en evidencia lo difícil que es materializar acuerdos de largo alcance en un área dominada por la presión de las contingencias políticas nacionales. En suma, el TLC con China terminó en los hechos siendo más viable que la Unión Sudamericana. Y en su suscripción Chile ha actuado con un enorme pragmatismo en materia comercial, privilegiando las proyecciones para nuestras exportaciones de acceder a un mercado de más de mil millones de potenciales consumidores, a otras consideraciones que, sin duda, estuvieron presentes. Una de ellas es que a nuestro mercado nacional pueden llegar mercaderías de bajo costo de producción que tensarán la competencia con algún segmento de la producción interna. Otra es que ha debido dejarse de lado la actitud con énfasis en los principios en materia de derechos humanos, pues es bien sabido que China no se caracteriza por su respeto a los derechos individuales de las personas, mostrando en esta materia un avance muy parsimonioso comparado con el proceso de liberalización económica.

CUT se opone al TLC Chile-China

La firma del tratado de libre comercio (TLC) con China produjo el rechazo entre los dirigentes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), ante la falta reiterativa de transparencia y de información hacia la ciudadanía respecto de los contenidos y alcances del TLC para el desarrollo de la economía del país y del trabajo. La jefa del Departamento de Relaciones Internacionales de la CUT, Ana Bell, hizo ver que además de no haberse conocido los borradores previos a la firma ni las materias que involucraron, no se incorporó un capítulo laboral que resguarde los derechos de trabajadores y trabajadoras, que debiera siempre estar presente en un TLC independiente de quien sea el socio comercial. Manifestó su preocupación respecto de los impactos que el TLC producirá en ciertos sectores sensibles de la producción nacional como la industria textil; metalmecánica; agrícola, especialmente la pequeña y mediana agricultura, la producción de zapatos, entre otros rubros.

domingo, noviembre 20, 2005

IQUIQUE Y CHINA, UNA LARGA RELACION


Entre los días 14 y 21 de Diciembre se ésta desarrollando en la ciudad de Iquique la Primera Feria Internacional de Alta Tecnología China para América Latina.

La presencia de ciudadanos chinos en la ciudad es de larga data, estos habrían estado presente antes de la guerra del pacifico, desempeñandose en diversos oficios. Existió en la ciudad un Barrios Chino y un Hospital Chino, este último muy cerca del actual hospital regional.

No cabe duda que la firma de TLC entre nuestro país y China, abre expectativas y comentarios y será necesario evaluar cual será el impacto del tratado y de esta feria en el desarrollo de nuestra región.

Quiero compartir con Uds. dos comentarios aparecidos en el Diario Financiero y una entrevista al Embajador de Chile en China, aparecida en el blog del Senador Fernando Flores.

martes, noviembre 08, 2005



IQUIQUE ZONA ESTRATEGICA

Para la elite del Mapocho todos los lugares geográficos que están fuera de su jurisdicción son territorios ajenos, si declaramos que somos procedentes de Tarapacá nos dicen que eso esta muy lejos, que somos el extremo norte. Esta idea ha sido apropiada por nosotros y nos comportamos como tal, esta noción esta arraigada en nuestra mentalidad y nos resulta difícil cambiarla, a tal punto que esperamos que venga la gente del centro a solucionar nuestros problemas.

El esfuerzo cognitivo que debemos realizar, cada uno, es mencionar : que lejos esta Santiago de nosotros. Están tan al extremo que ya se caen del mapa, han desarrollado tan pocas habilidades para comportarse en situaciones adversas que no comprenden la esencia de nuestros planteamientos. Estamos tan cerca de importantes centros de producción agrícola, que de no mediar medidas fito sanitarias un poco caducas, tendríamos diversas frutas todo el año y un precio mucho menor del actual y la lista puede ser más larga aún.

En las últimas semanas ha surgido el concepto de transformarnos en Zona Estratégica , la idea de que nuestra región debe sacarse el ropaje de zona extrema y constituirse en Zona Estratégica.

¿Qué tenemos para transformarnos en Zona Estratégica? La primera respuesta que hay que rechazar categóricamente y no aceptar es que no tenemos nada, esta respuesta nos ubica en el concepto de Zona Extrema y una primera característica de Zona Estratégica es no asumirse como un territorio alejado del centro, muy por el contrario es asumirse como centro, como un centro importante para el desarrollo, como centro desde el cual se construyen relaciones, como centro importante de articulaciones, como centro de inversiones, como centro de negocios. Desde este centro se construyen y reconstruyen las relaciones con los territorios cercanos a nosotros e incluso en una era de globalización, con territorios mas allá del océano.

Transformarnos en Zona Estratégica también significa que como territorio aportamos significativamente al desarrollo del país, que este ya no depende de lo que suceda o se decida en la Capital, nosotros somos capaces de generar tal dinámica que la descentralización ya no es una demanda, sino que es un realidad construida por nosotros mismos.

Desde este centro se establecen relaciones de cooperación e intercambio, nuestra región debe desarrollar su propia diplomacia con los vecinos, nuestro acercamiento con Perú y Bolivia debe posibilitar y ayudar al trabajo con la Cancillería Chilena para tener relaciones de cooperación con ellos, posibilitando el establecimiento de relaciones de confianza mutua.

El construirnos como centro no debe significar que olvidemos quienes somos, cuales son nuestras raíces y por ello la construcción de nuestra identidad regional es un proceso continuo que nos da un sello característico en la relación con los otros, pero que también nos permite incorporar elementos culturales proveniente de otros territorios, no hablamos de choque cultural, hablemos de relaciones multi culturales.

Pero lo más importante para construirnos como centro o como Zona Estratégica es saber cual es nuestro camino, cual es nuestro proyecto como sociedad tarapaqueña, hacia donde queremos ir, como esperamos insertarnos en un mundo globalizado con nuestra propia identidad. Si no sabemos donde queremos ir, será muy difícil transformarnos en Zona Estratégica.

El donde ir no es decisión de una elite, es una decisión colectiva, el construirnos como Zona Estratégica es también un desafío democrático.

viernes, noviembre 04, 2005


CHILE-PERU ¿AGUAS TURBULENTAS?

Nuestra frontera marítima se ha transformado en aguas turbulentas producto de una decisión del Estado Peruano y señalo que es el Estado, dado que la legislación aprobada recientemente que define los nuevos limites marítimos del Perú, participaron todos los poderes del Estado de nuestro vecino país.

El Informe sobre el Panorama Social de América Latina elaborado por la Comisión Económica para América Latina, CEPAL, contiene información social sobre nuestros países, algunas de las cuales expondré en los siguientes párrafos.

Los Gobiernos de nuestro continente se propusieron reducir la pobreza en cada uno de nuestros países, los indicadores de cumplimiento fueron definidos por cada país. Según esta medición Chile ha cumplido con el 100% de la meta propuesta, mientras que Perú sólo ha cumplido el 28%.

En el año 2004 la Tasa de Mortalidad Infantil, que comprende las edad entre 0 y cinco años, en Perú alcanzo la cifra del 30%, en Chile esa tasa alcanza al 5%

La Tasa de Mortalidad Juvenil, es decir la población entre 15 y 24 años, logra en Perú la cifra del 78%, referidas a las mujeres. Esta misma tasa para los hombres nos señala que en Perú logra el 145% y en Chile el 111%.

El Estudio Internacional sobre la Educación, elaborado por OCDE y conocido como el Informe PISA, al establecer una relación entre el desempeño de las aptitudes para la lectura, matemáticas y ciencias, hasta los 15 años de edad, versus el gasto acumulado en las instituciones educativas, muestra a Perú con en el logro más bajo, más arriba se encuentra Brasil, luego Argentina, a continuación Chile y finalmente México.

El desafío de los países de América es lograr un crecimiento económico, una estabilidad política y un desarrollo social que nos permitan una inserción en el mundo globalizado y para ello hay que desarrollar esfuerzos de integración y de complementación económica y no cabe duda que el tema puesto hoy por Perú condiciona significativamente un eventual acuerdo de integración entre el sur peruano y el norte chileno.

Al observar la conducta de la Diplomacia peruana, expresada a través del accionar de su Cancillería no es una diplomacia que se caracterice por lograr acuerdos de paz o acciones de confianza mutua, más bien se caracteriza por resolver las situaciones con conflictos de baja intensidad, con acciones militares pequeñas, como fue la situación con su vecino Ecuador, resuelta finalmente el año 1998.

Pero optar por este camino es encaminarse por un sendero que puede mostrar logros como exacerbar los ánimos nacionalistas, de lograr legitimidad en una ciudadanía que presta una 16% de adhesión al actual mandatario, que permite desviar recursos a fines bélicos, pero que no resuelven los problemas de fondo que adolece Perú.

Las aguas turbulentas deben transformarse en un mar de la tranquilidad y esa corriente marina, apoyada por vientos de popa se llama hoy integración. Como sociedades podemos hacer esfuerzos conjuntos para resolver temas comunes, como por ejemplo la educación, la situación de salud, del empobrecimiento de las zonas rurales, etc.

Aumentar los conflictos, tensionar las relaciones es un costo que siempre pagan los más pobres y es tarea de los gobiernos evitar que eso ocurra.