lunes, noviembre 13, 2006

RESPONSABILIDAD PUBLICA

Desde pequeños, muchos hombres y mujeres aprenden que deben ser responsables de sus actos, aprenden que cada acción que aborden debe ser pensada e imaginar sus efectos, los cuales pueden ser favorables o desfavorables.

Estos cimientos que son instalados en nuestro ser por nuestros padres y posteriormente por nuestros verdaderos maestros, constituyen la piedra angular de nuestros discernimientos éticos, el cual aplicamos en todos los actos que emprendemos. Este cimiento con el correr del tiempo se puede fortificar o corroer y somos cada uno de nosotros los que optamos por uno u otro.

La construcción de estos cimiento es una construcción social, lo hacemos o lo acrecentamos en relación con los otros, con aquellos que nos rodean, desde estas relaciones sociales emerge el libre albedrío, el discernimiento para establecer aquellos actos que ennoblecen a las personas o aquellos actos que las envilecen.

La construcción de nuestros cimientos éticos es un acto dinámico, permanentemente incorporamos nuevos conocimientos, aprendizajes y saberes a nuestro ser y el sino de nuestra existencia esta marcado por los desafíos irrevocable que cada día nos plantea la sociedad que nos corresponde vivir.

Asumir responsabilidades públicas, como es el caso de los funcionarios de Estado, conocidos comúnmente como funcionarios públicos, esta enmarcada por hacerse responsable en la administración de los recursos que son de todos los chilenos, gestión que debe busca favorecer a los más desposeídos. Esta responsabilidad es aún mayor en los funcionarios de Gobierno, aquellos designados directamente por las autoridades que ganaron las últimas elecciones, pues a ellos no sólo les compete vigilar el fiel cumplimiento de las normas públicas, sino también su fidelidad para la ejecución de las iniciativas que fraguaron el triunfo electoral.

Ambos funcionarios, ya sea el funcionario de Estado o el funcionario de Gobierno, deben responder por sus actos públicos. Este imperativo es mucho más apremiante en quienes asumen representar los interés colectivos de los ciudadanos; en ellos la responsabilidad pública los llama a cumplir las leyes, son los llamados a promulgar leyes en beneficios de la sociedad, son los llamados a cautelar que no se produzcan actos de corrupción.

Contra esta relación intima entre ética y política, conspiran algunas tendencias que se observan en el último tiempo.

Una de ellas se expresa de la siguiente manera: ya no se vota por las ideas se vota por las personas. Esta afirmación recurrente esta afincada en todos los partidos de nuestro país. ¿Pero que se quiere afirmar con esta frase? ¿Significa que la persona electa, esta por encima de los derechos ciudadanos? ¿Significa que una vez electo no debe de responder por sus actos? ¿Significa que define ante si y por si las prioridades públicas?

Otra afirmación señala que las o los ciudadanos ya no se interesan por la política, por lo tanto la preocupación de la política solo concierne a los políticos y ellos deben de responder por sus actos sólo ante ellos mismos.

Una tercera afirmación señala que hoy las decisiones públicas son técnicas y no políticas, la pregunta es ¿Existen las decisiones neutras desde el punto de vista ético? Las decisiones técnicas no son neutras desde el punto de vista ético y político, finalmente frente a un sin numero de cifras y análisis dan sustento a una decisión técnica, pero en última instancia la decisión se toma a partir de los valores y principios que inspiran el accionar de quienes toman la decisión, porque saben que en esa decisión están favoreciendo o afectando a un determinado grupo social.

Todas estas afirmaciones, y otras más sutiles, son difundidas por los más diversos medios y no faltan los indoctos, que incluso son entrevistados, como grandes opinológos que reafirman las tesis expuestas.
Sin embargo, todo lo anterior tiene como propósito la despolitización de la sociedad civil, la exclusión de los ciudadanos por la preocupación de la cosa publica, el desterrar en los ciudadanos la preocupación por el cumplimiento de las responsabilidades públicas.

Cuando se buscan y se generan los mecanismos sociales para que los políticos transformen la cosa publica en intereses personales o corporativos, nace la corrupción.

Los hechos de ChileDeportes y sus secuelas, provocan una indignación ciudadana, pues la democracia es un bien preciado que no puede ser pervertido. Hoy la Concertación enfrenta uno de sus mejores momentos, es la oportunidad de hacer una cirugía mayor que extirpe a los grupos que hoy profitan del Estados y que dicen ser de la Concertación. De ocurrir lo contrario, serán muy pocos los Diputados, Senadores, Concejales y Alcaldes que lograran sobrevivir en la próxima elección, porque ya en la ciudadanía se instaló la demanda por la transparencia y la honradez.