viernes, octubre 28, 2005



SER CIUDADANO

Muchas celebraciones de la revolución Francesa tienen la particularidad de resaltar el asalto a la toma de la Bastillas o el uso indiscriminado de la guillotina. Sin embargo para occidente no fueron estos los hechos más sobresalientes, este acontecimiento histórico permitió instalar en el imaginario colectivo de la humanidad la noción que la soberanía radica en los ciudadanos y no en la voluntad del soberano de turno y todos sabemos que la voluntad depende del estado de animó de las personas.

Emerge por primera vez, con una fuerza social nunca vista, la noción de ciudadanía, estado y elecciones libres

Las elecciones se constituyen en el elemento eficaz de los ciudadanos para expresar su albedrío y elegir las autoridades, estas ya no se constituyen por el solo poder de su voluntad, sino por el imperio de la soberanía popular.

Este sistema político es conocido hoy con le nombre de Democracia y todo lo que vuelve a la antigua tradición de los soberanos, es decir a la voluntad del déspota, recibe el nombre de Dictadura.

Desde la Revolución Francesa la vida política ha transitado entre las voluntades que quieren profundizar los derechos de los ciudadanos y de aquellos que quieren restringirla, de aquellos que confían en las elites, en el stablishman versus los que confían en el discernimiento, la participación.

A parir de la Revolución Francesa la política se dividió entre izquierda y derecha, estos últimos partidarios de las restricciones y los otros partidarios de profundizar la democracia, de amplia la participación, de extender las libertades públicas.

Las recientes modificaciones a la Constitución Política de nuestro país significan un avance importante en términos de que se acabaron las expresiones contrarias a las expresiones de la ciudadanía, como por ejemplo los senadores designados. Sin embargo, esta carta fundamental continúa mostrando una seria expresión anti democrática, como es el sistema electoral bi nominal, el cual permite que aquel que pierde logre el cincuenta por ciento de representación parlamentaria.

El argumento consabido de las personas de Derecha para no ampliar la participación ciudadana radica en el argumento que el sistema bi nomial otorga estabilidad política. La estabilidad política es un factor de desarrollo, pero la pregunta es si sólo este sistema brinda estabilidad, existen otros sistemas que también otorgan estabilidad.

Es muy posible que el golpe del año 1973 no se hubiese producido de existir la segunda vuelta, es muy probable que Bolivia, después de la próxima elección presidencial, continúe en su inestabilidad institucional, ellos no tienen contemplada la segunda vuelta.

Un sistema político será estable en la medida que permita la participación ciudadana y no su restricción y ello se puede lograr mediante la realización de segundas vueltas en las elecciones donde no hay un claro vencedor. Hoy tenemos un Presidente que no sólo goza de legitimidad y legalidad, y esto es otorgado por la Segunda vuelta.

El ejercicio de la ciudadanía debe permitirnos, en un futuro muy cercano, un parlamento, Alcaldes y Consejeros Regionales frutos de las mayorías, del genuino ejercicio de nuestro ser ciudadano.