No
hay duda que el actual andamiaje institucional esta trizado y que poco se
lograra si intentan poner algunos
pequeños parches, tarde o temprano se derrumbará y antes del derrumbe hay que
reconstruir la obra constitucional, hay que refundar la república.
La
captura de la política por parte de las grandes empresas otorga la
justificación, a los ciudadanos, que han demostrado su desafección por la
acción política, a través de una creciente abstención.
Los
ciudadanos llegaron a la convicción que las oferta de los conglomerados
políticos, no difieren sustancialmente uno del otro y dada la exaltación de los
hechos insignificantes de la farándula nacional, los cuales ocupan las
principales líneas editoriales de los canales de televisión, esta farándula
termina banalizando la política y lo importante es que los candidatos sean
atractivos, ya sean hombres o mujeres, lo importante es que ganen y como buen
producto de marketing hay que masificarlo, ojala con fotos bonitas que
destaquen sus atractivos físicos, su coqueta mirada, sus pestañas, su sonrisa.
Del mundo de las ideas nada, se sus propuestas cero, de sus valores o principios, un hoyo negro.
Son
estos legisladores, no todos por su puesto, los que legislan, los que hacen las
leyes que condicionan nuestra vida cotidiana. Son estos legisladores los que
aprueban las leyes laborales y los que aprueban, finalmente, el presupuesto de
la nación. Son estos legisladores los que definen leyes, cuyas consecuencias se
viven en Los Caimanes, que existen a lo
largo del territorio nacional.
La
institucionalidad que nos rige tiene un Alma Mater, un ADN y es no es otra cosa
que la Constitución nacida el año 1980 y modificada por la Concertación, pero
esas modificaciones no borraron su impronta.
La
impronta de la constitución que nos rige es de origen dictatorial, no es
expresión de un consenso social y define el rol del Estado como un Estado
subsidiario, un Estado en función del Modelo Económico Neo Liberal.
Toda la institucionalidad que rige y demarca nuestra vida institucional y
nuestra vida cotidiana, está regida por esta Alma Mater.
Es
esta impronta la que vive todos los días con nosotros, manifestada en las
atenciones de salud que nos brinda el sector público y privado, en la
definiciones de nuestros salarios, en los interese usureros de las
instituciones financieras que debemos cancelar, si tenemos la poca fortuna de
caer en sus manos.
Un
profesor con 30 o 35 años de servicio gana aproximadamente 800 mil pesos
mensuales, al jubilarse este monto baja aproximadamente a 120 mil pesos ¿Cómo
le explicamos este hecho? ¿Cómo le explicamos que sus fondos no crecieron
mucho, pero si crecieron las ganancias de las AFP?
El
país requiere y demanda la existencia de un Estado que realmente brinde la vigencia
de los derechos a todos sus ciudadanos, sin excepción. Hoy las mentes más
claras de nuestra decadente I República,
saben que el Estado protege los derechos de unos pocos en desmedro de las
mayorías.
En
los últimos seis años, al menos, hemos presenciado una serie de marchas de
demandas ciudadanas, todas ellas son expresión del descontento con un Estado
que no responde a sus necesidades básicas o elementales, como son la una
educación pública y de calidad, prestaciones de salud que permitan mejores
condiciones de vida, incluido los excluidos de siempre, como son las personas
con discapacidad. Las marchas ciudadanas para proteger el medio ambiente o las
manifestaciones para dar cuenta que existe una diversidad sexual, son
expresiones de un Estado que cada vez más de estar por una grave hipoacusia.
Cuando
un Estado no cumple su rol fundamental de proteger los derechos de todos los
ciudadanos, estos espacios vacíos que el propio Estado genera, son ocupados por
pandillas organizadas.
Este
nuevo consenso social, basado en los derechos inalienables de las personas no
es otra cosa que una Nueva Constitución, generada por una Asamblea
Constituyente.
La
redacción de una Nueva Constitución Política para Chile, no puede descansar en
un parlamento que no responde a los intereses de la mayoría, es evidente que
algunos de ellos están ahí para defender y legislar en beneficio de los
intereses de los grandes grupos económicos.
Este
hecho es la primera manifestación de abandono de la democracia representativa que
hoy tenemos, para dar paso a una democracia sustantiva, sin exclusión social y territorial, donde todos nos hagamos
cargo del devenir de nuestra sociedad.
Esta
acción fundante es la reconstrucción de una nueva arquitectura institucional
que inevitablemente conduce a la cambio del actual modelo económico que nos
rige. Ya que este modelo ha permitido la concentración del poder económico, a
las colusiones y a la captura de la política por los grupos económicos. El
actual Modelo ha funcionado para unos pocos en desmedro de las mayorías,
expresión inequívoca es la distribución de los ingresos, la desmedida
desigualdad de los salarios y las paupérrimas jubilaciones.
No
se puede señalar que este modelo es exitoso
si las principales carencias, de amplios sectores de la población, son
receptores de innumerables subsidios, basta ya de bonos. Estos terminan siendo
mecanismos de clientelismo político y no de ejercicios pleno de la ciudadanía.
En
Chile, as crisis política han tenido dos formas de solución: la respuesta
autoritaria-dictatorial o la respuesta democrática.
La
construcción de la II República, es la
respuesta democrática a nuestros actuales avatares.
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