LAS PALABRAS DE DON JUAN
Don Juan, es un hombre como
muchos hombres de nuestros barrios populares, él es un vendedor ambulante, en
verano recorre las playas vendiendo helados y en invierno lo veremos parado a
la salida de los colegios, ofreciendo algún dulce, que en la noche anterior,
junto a su mujer elaboraron.
Él y su mujer, Rosa, resistieron
a la dictadura. Muchas veces fue detenido y toda su mercadería decomisada, eran tiempos muy duros. Pese a ello, junto a
su mujer y otras familias, se propusieron crear ollas comunes, para que el pan
de cada día no fuera una tarea tetánica, sino una tarea compartida. Hace
algunos años me encontré con Don Juan y la Sra. Rosa, hablamos de política y él
me dijo: Se olvidaron de nosotros.
Todos ellos resistieron a la
dictadura en la vida cotidiana, en el día a día para poder comer, eran los años
oscuros, los años con un 30 % de cesantes, sin contar el Plan de Empleo Mínimo
y el Programa de Ocupación para Jefes de Hogar.
Todos ellos resistieron con la
esperanza de un futuro mejor para sus nietos.
Todos ellos jugaron un rol
importante en el plebiscito del 88, algunos fueron apoderados, otros se
hicieron cargo de las ollas comunes, otros y otras llevaron almuerzo a los que
defenderían los votos esa tarde. Pero Don Juan me lo dijo: Se olvidaron de nosotros.
Ninguno de ellos se enteró de la
petición del entonces Ministro de la Presidencia formulada a las agencias de
cooperación con Chile: los aportes de los organismos internacionales que
llegaban a las ONG, deberían llegar ahora al Gobierno. Las primeras afectadas
fueron aquellas ONG que trabajaban con las organizaciones de base y que poseían
redes nacionales.
LAS ENSEÑANZAS DE DANILO
Para la mayoría de los chilenos
el nombre de Danilo Dolci, les resulta desconocido. Sin embargo, al iniciarse
la transición, visito nuestro país y dicto seminarios sobre acción no violenta.
Danilo Dolci, enfrento a la mafia
de su tierra, Sicilia, con métodos no violentos: denuncias, ayunos públicos,
escritos, ensayos, poesías, etc. En sus enseñanzas, señalaba: “la relación
mafiosa consiste esencialmente en una red de favores y complicidades”. En
segundo lugar, para que existan relaciones mafiosas, se necesitan dos personas:
“el que quiere corromper y el que está dispuesto a corromperse” y de esta
relación surge la complicidad.
Nuestro imaginario acotado
entiende como mafia lo que el cine nos ha graficado como la familia Corleone, a
través de la zaga El Padrino, pero las relaciones mafiosas no son exclusivas de
los Corleone o de los Tattaglia. Las relaciones mafiosas, como las definió
Danilo Dolci, invaden muchas esferas de
la vida social.
La corrupción no es otra cosa que
la perversión de las instituciones, las cuales son vaciadas de su contenido
original, conservan las estructuras externas, pero en su interior operan relaciones
mafiosas.
Las relaciones mafiosas siempre
tienen un jefe superior, un hombre o una mujer, con poder. Poder que consiste
en hacer su voluntad a cualquier precio sobre la base de la amenaza y de la
promesa de prebendas. El poder del jefe radica en una amplia red de contacto,
de tal forma que basta una llamada o un was up, para pedir o negar un favor,
para acordar o rechazar un negocio, para estigmatizar al que no se doblega y
ensalzar al corrupto.
Las relaciones mafiosas son
jerárquicas, el jefe tiene varios lugares tenientes, cada uno de ellos preocupados
de alguna esfera de interés y cada uno de ellos a su vez tiene un contingente;
todos sin excepción, ejecutan la voluntad del Jefe, para estos eslabones
inferiores lo que prima es la obediencia sin preguntar, es la ejecución sin interrogar
la razón de dicha acción, es la total ausencia de deliberación.
Así sucedió en Italia en los años
80, el congreso italiano entendió que su rol no era legislar y ser garante de
los derechos de las personas, sino que era la oportunidad para poner al estado
a los pies de las grandes transnacionales, recibiendo con ello estipendios,
granjerías y muchos de ellos terminaron siendo personas acaudaladas. De esta
vorágine de corrupción, ni el vaticano estuvo exento. El Banco del Vaticano,
fue el ente que posibilito las operaciones de fraude, lavado de dinero, etc. La
Curia y el papado no pueden decir que no sabían, todos los intentos de la
justicia por detener al obispo Paul
Marcinkus, contaron con una cerrada defensa o con una defensa corporativa y
cuando las defensas son corporativas, todos han gozado de los beneficios de la
complicidad.
NOSOTROS
En nuestro país, los esfuerzos por anestesiar nuestra memoria y
enajenarlos en nuestra vida cotidiana, tiene como protagonistas eximios a las dos grandes cadenas de prensa escrita,
como también a las grandes cadenas de radios y de Televisión. De hecho, existen acontecimientos que nunca
aparecerán en pantalla o que la prensa escrita lo comunicara en el fondo de la
página, la cual rara vez es leída por la mayoría.
¿Alguien se acuerda de los pinocheques? ¿Alguien recuerda los
pro-hombres involucrados en el MOP-GATE? ¿Quién recuerda que en el caso
INVERLINK? En este caso, la secretaria
era la culpable y no el Presidente del Banco Central. ¿Los electores recordarán
cuantas acciones de fiscalización han impulsados los diputados de sus
distritos? ¿Quién recuerda los cobros ilegales de la POLAR que afecto a miles
de chilenos? ¿Alguien recuerda los nombres de los responsables de la colusión de
las farmacias? ¿Recuerdan el favor del Gobierno de Piñera para hacer viable la
tienda Johnson y luego venderla a Horst Paulman? ¿Quiénes fueron los
funcionarios que posibilitaron estas operaciones?
En regiones las actos de corrupción no ocupan más de tres días en primer plano, un robo, un volcamiento o
cualquier hecho de sangre se esforzara por adormecer nuestra memoria, pero cada
región tiene su caso: en Arica, el ex alcalde Waldo Sakan y otros concejales
han sido condenados por fraude al fisco; en el Gobierno Regional de Valparaíso,
nuevas denuncias de corrupción por mal uso de los recursos del Fondo Nacional
de Desarrollo Regional. Los fondos denominados 2%, en muchas regiones son
entregados al arbitrio de los Consejeros Regionales, independiente de las bases
de los concursos y de las evaluaciones técnicas.
Los actos de corrupción que hemos conocido en los últimos meses, no son
actos recientes, son actos cuyos padres están en los hechos anteriormente
señalados.
La explicación para ello es muy simple, a los otros no les pasó nada o
el costo que pagaron fue muy bajo para
la ganancia obtenida y esta se obtuvo por el silencio cómplice, por la
obsecuencia mostrada al Jefe y esa obsecuencia, el jefe la valoriza y la premia
porque se trata de alguien en quien se puede confiar.
Cada hecho de corrupción que no es sancionado, provocara en el sujeto
que lo realiza, un acto más corrupto que el anterior.
La corrupción afecta nuestra vida cotidiana, afecta el que-hacer de
miles de hombres y mujeres, porque los honestos que ven estos actos, que ven
como algunos se enriquecen de la noche a la mañana, terminan preguntándose por
de las oportunidades que el estado le brinda, por el sentido de su propia
existencia. Tal vez por eso hoy, en nuestro país, las enfermedades mentales van
en aumento. ¿Qué tienen que ver las noticias que los chilenos y chilenas
escuchan, leen o ven, con su vida cotidiana? Pareciera que sus problemas son
solo de ellos y no son vividos por un conjunto social y esta dicotomía, entre
lo que se les informa y su vida cotidiana, se aloja en el alma.
Durante años, las encuestas vienen mostrando la poca credibilidad y
adhesión de la ciudadanía hacia las coaliciones políticas y del congreso. Son
los más mal evaluados. Esta falta de empatía entre la ciudadanía y la elite política, se manifestó
en la última elección con una alta abstención.
Esta alta abstención provocó una
serie de debates en los diversos medios de prensa y en estas tertulias
surgieron ideas como volver al voto obligatorio, tal vez un bono para el que
acuda a sufragar, aumentar el estipendio para quienes sean apoderados. En
ninguna reunión, en ningún programa, en ninguna tertulia se hicieron la
pregunta de fondo: ¿Por qué perdieron la confianza de la ciudadanía?
Esta alta abstención no fue suficiente
para enmendar el rumbo, optaron por el camino equivocado, por aquella ruta que
no restablece las confianzas: inventaron nuevas leyes, como el cambio al
sistema binominal y cuyo resultado electoral tendrá pocas diferencias con el vigente.
Hoy la respuesta está frente a sus ojos y no la quieren ver: la
confianza se perdió porque los responsables de la acción pública se olvidaron
de lo público, de lo colectivo, de lo que atañe a las personas día a día, de
legislar en beneficio de las mayorías.
Todo lo contrario, hoy los hechos demuestran que gobernaron para las minorías,
para aquellos que financiaron sus campañas en forma ilegal. Hoy el congreso no
es posible verlo por bancada de partidos, hay que observarlo por las bancadas
de las empresas que tienen representación.
La lucha de Caldera por tener un aire limpio, o la defensa de los
habitantes de Punta Choro contra la instalación de una central termo eléctrica, era y es una
verdadera lucha entre David y Goliat.
En todas estas situaciones y en muchas otras, ¿Cuál fue el rol de los
organismos públicos mandatados para preservar el medio ambiente? ¿Cuántos
llamados telefónicos desde Santiago se producen cuando las COREMAS regionales
deben de votar una aprobación de evaluación medio ambiental? ¿Alguien cree que
estas situaciones la ciudadanía no las percibe?
Desde que se fue el dictador se ha instalado una falacia: Si no damos
facilidades a los privados, no se generara empleo.
Con la construcción de “Hidroaysen” la voz oficial señalaba que Chile
necesitaba más energía y que todos teníamos que hacer un esfuerzo para entender
dicho proyecto y la necesidad de su construcción. Pero de haberse construido
dicha central, ¿Quiénes ganaban?
Obviamente no era el Estado, tampoco los ciudadanos, el gran ganador era
grupo económico, de nuestro país, que deseaba aumentar su control sobre la
energía.
¿CÓMO PARAR LA CORRUPCIÓN?
La corrupción hay que pararla con más democracia o con una
profundización de la democracia, y este camino de llama Asamblea Constituyente.
No podemos confiar la elaboración de un nueva Constitución, al corrupto parlamento que tenemos, ya sabemos
de qué son capaces.
Pero ¿Cómo profundizar la democracia?
En primer lugar es necesario que cada ciudadano y ciudadana, recupere su
propio poder, se haga dueño de su destino. Nuestro futuro depende única y
exclusivamente de nuestras decisiones, de nuestra voluntad. Es el poder de uno
mismo.
Todos los parlamentarios y todas las autoridades electas lo son, porque
nosotros, a través del voto, les hemos transferido nuestro poder a ellos. Las
autoridades son nuestros mandatados y
ningún parlamentario o consejero regional o un concejal nos pueden mandar,
menoscabar en nuestra dignidad y menos imponer un orden autoritario o nos pueden imponer su voluntad.
La usurpación de la soberanía por parte de los parlamentarios, descansa
única y solamente en que cada uno de nosotros hemos abandonado el poder que
habita en nosotros. Debemos organizarnos para recuperar nuestra soberanía.
Hoy la existencia de las redes sociales nos permiten ejercer nuestro poder de presión a los
concejales, consejeros regionales y parlamentarios, para que piensen en el bien
común y repudiar las votaciones que van contra los intereses de la mayoría.